CONFLICTO EN LAS AULAS

 


Como seres humanos, nos comunicamos y relacionamos unos con otros, y por tanto, van a surgir los conflictos en cualquier momento de nuestra vida debido a las distintas formas que tenemos de pensar y de actuar entre nosotros. Es por eso que su manejo para su prevención y su gestión es fundamental para mantener la armonía y promover el desarrollo personal y social.

Nosotros, como docentes, debemos ser conscientes de la importancia de crear un marco sólido para abordar los posibles conflictos en el aula y fomentar un entorno respetuoso, tolerante y colaborativo. Esto ayuda a los estudiantes a aprender a gestionar los problemas que les surgen de manera asertiva y empática. Como principiantes nos preguntamos, ¿y cómo hago para prevenir la aparición de conflictos? La clave está en mantener a los alumnos motivados, con expectativas y dando importancia a la autoestima de cada uno. 


Tips para mantener el buen clima en el aula

- Podemos empezar con establecer durante las primeras semanas de clase unos límites, o normas, en consenso con los alumnos y mantenerlos durante todo el curso. Esto ayudará a educar en las responsabilidad de los actos de cada uno. Estas normas deberán fijarse desde un punto de respeto mutuo y empatía, y dejarlo abierta a normas progresivas que puedan añadirse si surge la necesidad.

- Para mantener la atención de los alumnos durante la sesión de clase, lo primero que tenemos que hacer es aceptar que siempre habrá altibajos en la atención de los jóvenes por la fatiga o el aburrimiento. Para controlarlo, se pueden planificar actividades más dinámicas para aquellas clases que nos coincidan con la última hora de la jornada. También es importante tener en cuenta el flujo atencional, si nos quedamos fijos en nuestra mesa explicando la lección, el flujo se convertirá en monótono y el alumno seguramente termine hablando con el de al lado, y el de al lado con el de atrás, provocando un conflicto.

- En cuanto a la aparición de una conducta conflictiva en el aula, por ejemplo un foco de distracción proveniente de un alumno que interrumpe la clase, podemos reaccionar de diferentes maneras dependiendo si consideramos que la conducta desaparecerá en breves instantes (en este primer caso podremos soslayarla) o por el contrario hará incrementar la distracción. En ese segundo caso tendremos que advertir de forma personal, bien con un gesto o una mirada para no interrumpir el desarrollo de la clase, o si la conducta continúa la advertencia será en privado. Hay que evitar que la actitud conflictiva recoja consecuencias gratificantes de los compañeros (apoyo, risitas, comentarios...).

- Abrir las puertas a los alumnos más problemáticos, esto es, crearles expectativas, indicándoles que con un esfuerzo continuo, un trabajo habitual y una actitud positiva y participativa será tomado en cuenta en su evaluación. Es por eso que el criterio de evaluación debe ser conocido por todos desde el principio.

- El alumno, a parte de "tener" que ir al colegio y aprender, es necesario que "quiera" hacerlo. Hay que dirigir el interés del alumno, darle una motivación para que vaya con ganas y contento. Esta motivación puede darse porque el alumno disfruta aprendiendo los contenidos (el profesor tendrá que hacer las clases atractivas), por un logro (ayudará a los alumnos a enfrentarse a retos), o por las calificaciones (visibilidad a los criterios de evaluación).

- Es muy importante reforzar la autoestima de los alumnos para alejarles del concepto del fracaso aunque no consigan realizar una actividad como lo esperado. Otorgarles responsabilidades, la escucha activa y el acercamiento son claves para relativizar y evitar ambientes de superioridad o inferioridad.

Estas son algunas de las múltiples recomendaciones que podemos adoptar a la hora de prevenir la aparición de situaciones conflictivas en las aulas. Ahora bien, como hemos comentado al principio, nos vamos a tener que enfrentar en multitud de ocasiones a ellas, y podemos afrontarlas de muchas maneras, una de mis favoritas es utilizar las tutorías para acercarme a los alumnos y entender sus problemas para ayudar a resolverlos. Para ello se pueden utilizar muchas actividades de dinámicas de grupo.


Dinámica grupal para entender y resolver conflictos: "Post-it con problemas"

Sabiendo un problema que se produzca en clase o en el centro (o bien, se puede pedir a los chic@s previamente que elijan un problema que quieran tratar en la sesión), se escribirá el enunciado del mismo en la pizarra. A su vez, ésta se dividirá en dos partes: causas y acciones. Algunos ejemplos reales de conflictos que han ocurrido en nuestras aulas son: guerra de tizas, abuso de un alumno a otro, burlas al profesor, violencia en el aula, comportamiento inadecuado de profesores.


Parte 1: El aula se organizará en grupos de 4-5 personas elegidos al azar y se les facilitará un bloque de post-it a cada grupo. 

Parte 2: Entre los integrantes tendrán que debatir y seleccionar las posibles “causas” que pueden originar el problema. El líder, también elegido al azar, escribirá en cada post-it una idea de su grupo, y la pegará en la pizarra en el lado de las “causas”. Al menos cada grupo tiene que escribir 2 causas diferentes.

Parte 3: El profesor leerá todos los post-it que hay en la pizarra, y los expondrá a la clase. Agrupará las ideas principales y las escribirá en grande en la pizarra para que todos puedan verlas.

Paso 4: Se repite el ejercicio de debatir y escribir, pero esta vez con las posibles “acciones” para la resolución del problema (igual que el ejercicio anterior, también al menos dos acciones). El líder pegará los post-it en la parte derecha de la pizarra.

Paso 5: El profesor recogerá las ideas y las escribirá en grande el la pizarra en la parte de “acciones”.

Paso 6: La actividad finalizará con un debate y discusión de las propuestas, estableciendo las causas y soluciones a aplicar. El objetivo no es que se quede como una mera actividad de tutoría, si no que se llegue a la resolución de un problema real y se lleve a la práctica.



Este es un ejemplo de una dinámica que se puede aplicar con los alumnos en una tutoría para resolver un problema ya conocedor, o nuevo, y que ellos aprendan a localizarlos y a darles una solución.

No hay que olvidarse que los docentes, que parecen unos superhéroes, no nacen con todas las habilidades que hemos ido comentando a lo largo del post, es necesario que se formen en ellas, que establezcan unas bases y aplicarlo en clase. No siempre todos los tips van a funcionar, ya sabéis que el contexto del centro, del aula, de los alumnos es completamente diferente, por lo que habrá que centrarse en aquello que consideremos que es lo más eficaz para el caso en el que nos encontramos. 

No olvidar que la gestión de conflictos es un trabajo en equipo: profesores + alumnos + familias + centro educativo. Entre todos es indispensable promover la tolerancia, el respeto y la empatía. Ese tendría que ser el lema de todo el sistema de educación.


Me llamo Clara y soy Tauro.

Comentarios